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EL POETA EN EL ARCA de daniel lagares.

SUEÑO

a Carlos Urrutia

Mi sueño te corona de laureles Amigo del mar, del violín y de la historia

Somos polvo y cataratas Un pueblo acorralado Vencedor y vencido

La noche del mundo disipa las congojas ¿Hay otro árbol sigiloso?

Invariable, gema y fecundo

De tus ramas brota almíbar y nobles canciones milenarias

¿Quién enreda tu desajustada pureza?

Revelo tus ojos húmedos, mi Quijote Nuestro navío está sujeto con dos anclas de proa

Alejo las malas vibraciones y el mal viento Repentina antes de emprender el viaje

me desvanezco con cinco disparos.

Viernes, 4 octubre 2013.

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Cuento fantástico

HABITANTE DE LA NOCHE

Por Rosina Valcárcel

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Obra de Albert Joseph Pénot

El misterio se presentó como de costumbre al atardecer. Un grupo de latinoamericanos trotaban cerca del río Motagua, en Centroamérica, y súbito de un árbol frondoso saltaron una docena de murciélagos, la mayoría de los aventureros quedamos boquiabiertos. Los pecadores se alarmaron más y al llegarla noche prefirieron mantenerse despiertos orando.

Recordé el suceso del año 1966 en Sullana (Piura), tierra de mis ancestros. Íbamos andando contentos el ingenioso Eduardo, el agudo Juan Vicente y esta incauta gitana. Fue una tarde de octubre, estábamos muy cerca de la casa de los Requejo, en el instante menos esperado asomó una masa animal rozando nuestras cabezas. Pegué un grito de padre y señor mío. Casi desfallecí. Me explicaron que se trataba de un simple murciélago, y prestos me llevaron al hogar del amigo Requejo, donde sus familiares nos dieron de beber coctel de algarrobina,y luego café, acompañado de buñuelos de camote. No recuperé la calma pero me sentí acompañada.

Cuatro décadas después, a mediados del año 2011 estuve en Guatemala. La primera noche hacia las 7 p.m. sentí que mi tierna casa se escurría entre los dedos de mi mano derecha. La puerta con pestillo se movía, de golpe volvieron a aparecer aquellos animales con alas en las manos y revolotearon por la casa dejando un halo de consternación. Fuerte cosa es, me dije. El temor es ágil. Traté de espantarlos de formas colosales. Pero a menudo había uno que lograba meterse en el dormitorio. Justo llegaba a las once de la noche, merodeaba y se iba cual un fantasma. Me quitaba el sueño largas horas. Después aparecía una sombra, tal vez un ánima, a eso de las 4 o 5 de la mañana y amenazante daba vueltas alrededor de la habitación como si jugase a la ronda, hasta que temblorosa decidí hablarle en voz alta: “Quién eres, por qué me persigues, oraré por ti, déjame tranquila”. La bravura pesa como las piedras. Y, me puse la cobija sobre la cara, por si acaso, para no sentir su aletazo, así poder protegerme, respirar alivio y dormir un poco.

A continuación, muy ojerosa y pálida, opté por diversos métodos. Uno era dejar la luz prendida en la alcoba. Ello disminuía la posibilidad del ingreso del murciélago de obsidiana. No obstante, con luz su visita no era ocasional.
Tapé de diferentes maneras todos los accesos y ventanas a la casa, pero invariablemente tornaba uno. No sabía por qué las alas de los murciélagos tenían gran circulación sanguínea y un brillo raro.
Finalmente logré ubicar el sitio por donde se metía el habitante siniestro de la noche y lo cerré del todo.
Pero algunas noches sentía un espíritu caminar cerca, o quizá era el picotazo del predador o su aletazo sobre mi ventana para procurar entrar. No obstante, una vez logré que se fatigara tanto que desapareció del todo.

Cierto día mientras salía el sol resplandeciente, un canario jaspeado se acercó a la ventana, la arrimó con su piquito, leve tocó el vidrio, silbó y se fue en pos de la naturaleza viva. Antes se quedó unos minutos, quizá aguardando algún alimento, mas luego se fue ágilmente y se posó sobre plantas, mariposas y flores coloridas que rodean la huerta.

Hoy ha llegado una visita inesperada, es una vecina quien me invita a cenar, dudo un instante y luego acepto. Me alisto despacio, tomo unas frutas y las acomodo dentro de una cesta. A los treinta minutos ya estoy en la morada de Manuela Torres. Su casa es grande y sencilla, posee una tiendecita con yerbas medicinales y licores naturistas para todo tipo de enfermedad. Cenamos sopa de verduras  y pollo dorado con arroz y bebemos uno de sus licores. La plática fue amena, aunque me narró cuentos de su infancia algo pavorosos. Hacia las 10 de la noche me retiré agradecida y ansiosa.

Esa noche sucedió algo raro, denso, hubo sonidos nuevos, colores lejanos cubrían mi vivienda. Mas –pensé- como no hay acceso a los interiores, ya no pueden entrar.

Evoco el color gualdo de los canarios, su ligera melodía, su belleza diáfana. Sin embargo, no debo dejar abierta la ventana pues podrían reaparecer aquellos quirópteros.

Cuentan que los murciélagos están presentes en todos los continentes menos en la Antártida. Son los únicos mamíferos que se alimentan de insectos y frutas, capaces de volar. Por estas tierras, la tradición narra que el murciélago es un ratón, rata, o roedor al que le ha salido alas, pero no saben por qué, pero asimismo desarrollan un vital papel en la dispersión de semillas, muchas plantas tropicales dependen por completo de ellos. Lo que sí es cierto es que cuando enciendo la luz, totalmente, no llegan ni siquiera zancudos.

El lunes me quedé dormida antes de las doce de la noche. Había sido un día demasiado duro. Tuve dolor de cabeza, presión alta, taquicardia y pesadillas. Recibí una inaudita carta áspera y quedé muy afectada. Intuí que el diablo había entrado disfrazado. El infierno no tiene límites. Alcé una copa y brindé con Lucifer. Me desperté temprano, giré hacia la izquierda y sentí escalofríos. Bajo de la cama yacía una exótica mujer de piel canela, cabellos prietos, mordida, al parecer los dientes puntiagudos habían dejado huella en su cuello hermoso. A su lado, un murciélago azul la abrazaba, envenenado por la sangre de la muchacha.

Domingo-Lunes, 6-7 de octubre del 2013, Lima.

La Contradanza de Rosina:

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DE LOS HIJOS Y LOS ESPÍRITUS SANTOS

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Jorge Nájar.
Rosina Valcárcel ha vuelto a cometer poesía. Se me ocurre que comete poesía cotidianamente pues cuanto más comete más vive. Contradanza se llama su más reciente entrega. Y está poblada de tangos, la danza, para mis gustos, más cargada de restricciones y códigos. Y, sin embargo, hay aquí ese Tango 2 que es de antología precisamente por darle la contra a esas restricciones.
Contradanza es el libro es el más libre en sus formas y descodificado de todos los poemarios que ha publicado hasta ahora. Se abre con ese poema sublime dedicado al padre En busca de sus viejos ojos. Musicalmente tiene todas las sonoridades de un yaraví por la intensidad lírica, por el desgarramiento de la voz, por la forma, por todo, por los efectos sinestésicos: “Papá, ¿adónde vas? / —A buscar mis viejos ojos. / Y se va papá, / Vuelve en la noche, / Vuelve al día siguiente, / Y se vuelve a ir / Tras sus viejos ojos…”
A lo largo del libro, pasando de un poema a otro, la palabra del hablante lírico emerge en el nombre del padre, de los hijos y de los santos espíritus. A la búsqueda de un universo que esos ojos quisieron ver. Por eso, a lo largo de su palabra, brota todo un mundo difuso en las honduras del pasado. Más adelante y más atrás siempre estará presente la imagen del padre alcohólico buscándose en el naufragio ideológico. Pero sobre todo está el valor de describirlo en su hundimiento, en la “metamorfosis de su propia memoria”, en ese poema ejemplar de ejercicio de limpieza que es Mi padre un círculo rojo. El padre y la hija bebiendo aguardiente por la mañana cada quien sumido en sus singulares preocupaciones, cada quien  encasquetado dentro de sus armaduras, cada quien esgrimiendo dardos y escudos: “Naciste desierto, eres espejismo y te alejas bajo el sol”, dice la hablante lírica. “Se está acabando el pisco y aún no llegas al meollo”, responde el interlocutor. ¿Quién puede llegar al meollo en situaciones similares? Solo tiempo sabe develarlo: “Al caer el Muro de Berlín registra: / —“Qué dolor, y ni un solo disparo”.
La carga ideológica, para cuestionar los paradigmas del pasado, para evocarlos y ensalzarlos en otros, se va dando de varias maneras: ya sea por la selección de las personas aludidas, o bien por las referencias: Casona San Marcos, dioses andinos, hierbas, etc. En el nombre del padre, de la santa familia y de “santos” espíritus esta voz se levanta y, en contradanza, da testimonio de la lucha por la existencia. Ahí están los «santos» espíritus vencidos por la evolución de la historia. Y una alianza de memoria, melancolía y ciertos procedimientos del surrealismo, permiten que todo eso vuelva a emerger en un espacio difuso entre México, París y los jardines de Lima. “Yo soy la llovizna que calma tu dolor”, le dice a Odette. Y hasta ahí todo es normal. Y previsible. El amor al padre tan presente a lo largo no sólo de esta poesía sino también de su obra analítica y periodística. El amor a la madre. El amor a las hijas. El amor a quienes se identificaron con una causa justa y lucharon contra los molinos.
Sin embargo cuando de habla se contradanza yo siempre he visto a los campesinos burlándose de los bailes cortesanos, como una forma de dar la contra a lo que vino a alterar el runrún de épocas precedentes. Entendido así se puede pensar que el poemario de Rosina Valcárcel sea, tal vez, una forma de revelación y, al mismo tiempo, de dar la contra al desconsuelo provocado por las ilusiones engendradas en la búsqueda del destino feliz. Se podría incluso pensar que su escritura se corresponde con la idea de que la poesía corrige los errores de la historia tanto personales como sociales en medio de tantas tribulaciones.
Dentro de el espacio que la voz ha creado en este libro Carta surealista tal vez sea el poema más cimero del conjunto. La confesión de un amor imposible. Un tejido textual en el que aparecen y desaparecen los rasgos propios del surrealismo: El hombre en el corazón de la acción. Los sueños como motor de la historia, en contradicción con la Revolución y los bolcheviques. Por eso mismo presiento el entendimiento de la poesía como una muralla, la poesía como una exaltación dentro de esa muralla, como una hoguera interna nutrida con ilusiones, esperanzas, recuerdos, risas y lágrimas, fantasmas de la historia que se van diluyendo en el humo de la hoguera en la que nacieron.Contradanza, en esta versión, sería como una forma de dar la contra a la danza de las ideas convenidas, a las formas convenidas, a las imágenes convenidas.
Poesía de la memoria. Poesía de las formas. Poesía de la existencia.
Poesía que al mismo tiempo es vibrante condensación de Diario de Talismanes y de Aprendiz de maga, esos libros bomba publicados hace siete años, me parece.
Han cambiado las fórmulas. Ha cambiado los procedimientos. Ha permanecido la esencia: la agitación neuronal preocupada por el destino del país. En esa agitación el lector de poesía ahora también cohabita con los protagonistas: poetas, narradores, artistas plásticos, científicos y luchadores sociales, médicos, psicólogos, en el día a día, en la ebullición permanente, en la interrogación perpetua sobre el destino de la sociedad en la que llegaron y se hicieron al mundo.
En ese círculo ahora están más presente que nunca las hijas, la familia. Y, la verdad, en ese desfile de personajes y de voces, visto desde una distancia prudente, poco importa quiénes estén dentro o fuera del canon de la autora. Lo realmente importante es la marca ideológica y la combinatoria con la que ha conseguido plasmarlos.
París, 20 de mayo del 2013.

Un hombre libre /
MANUEL SCORZA
Rosina Valcárcel

Era cálido y tenía un humor ideal. Leía precoz, a pesar de su raíz humilde. De adolescente, tuvo la ilusión de poseer una Colección de Losada con cien títulos. Laboró meses y la obtuvo. Lloró y brindó con sus amigos. Cuando tenía 18 años la policía asaltó su casa y se lollevó revólver en mano bajo apariencia de peligroso conspirador. Pero fue unerror. Él, no era conspirador, ni revolucionario; simplemente estaba enamoradode Nora Seoane, y le había dedicado un poema de amor, que lanzó La Tribuna, el día en que el PAP sesublevó contra el Gobierno de Bustamante. Empero, quedó como aprista,y en la cárcel, pateado, e insultado cada vez que para expresar su inocencia ansiaba recitar su poema. Aquello lo tomó como adelanto de lo que le aguardaba por el agravio de amar y ser escritor. Luego, su familia y él tuvieron que vivir en el manicomio, ahí sus padres trabajaron como panaderos. Y conoció a Martín Adán. En San Marcos, con Willy Carnero Hoke, Gustavo Valcárcel y otros autores, integran Los Poetas del Pueblo. Rebeldes, los vates de la generación del 50 renunciaron al APRA. A los veinte años viajó exiliado a México. Ahí, de niña, oí a Manuel exclamar: Un Hombre Libre / ¡es más puro que el diamante! Scorza trabajó en una lavandería con otros deportados. Luego entró al periodismo, él y mi padre madrugaban los domingos, pues a menudo publicaban especiales con artículos suyos, que recortaban para ir a cobrar el lunes temprano. Con Luis de la Puente y papá, cocinaban platos marinos, entre chistes, entonaban valses y bebían ron Bacardí.
Vuelta a la patria, en los años 60 Gus y Manuel se embarcan en el proyecto Populibros Peruanos. A menudo, mi padre escogía las obras y Scorza lograba la financiación. Se editaron miles de ejemplares. Sin duda que Manuel tenía fino olfato fenicio. Papá tomaba «sus entuertos» como parte de las bromas scorzianas.
En Lima, en septiembre de 1966, el controvertido Jorge Luis Recavarren y su auxiliar Julio Ortega, quienes dirigían la Galería Cultura y Libertad, auspiciaron un primer encuentro de poetas jóvenes. Sin embargo, José María Arguedas y Manuel Scorza ofrecieron respaldo al grupo de escritores nuevos opositores, que organizamos paralelamente el 1er Congreso de Escritores Jóvenes (Antonio Cisneros, Raúl Vargas, Eduardo González Viaña, Juan Morillo, esta peregrina, entre varios). Descentralizamos el evento, fuimos a San Marcos, La Molina, la Universidad Nacional de Ingeniería, y, de yapa, nos beneficiamos con libros y una fiesta inolvidable. Scorza vivió en Paris varios años, después de que sus novelas las tradujeron al francés y al alemán. Residía en una casa cómoda en la rue Monge, cerca de la de Alfredo Bryce. Toqué su puerta, emocionada, era 1971. Me abrió efusivo el escritor. Bebimos vino y cenamos con su mujer. Charlamos de todo un poco: de Julio Ramón Ribeyro, de Carlos Calderón Fajardo; de sus amigos de Lima y de su nostalgia. Mientras el vino se iba consumiendo, sus bromas me llenaban el recuerdo de mi infancia. Y una lectura brotó de sus labios «contra el viento elpoeta nada puede». Y paseamos en su auto por el malecón del río Sena. Al Scorza que llegó a Europa y publicó novelas de buen calibre, se leconsideró de más mérito que al editor que estuvo en Lima después de México. Había renovado sus ideas políticas, su obra también creció en calidad. Posiblementese sintió en estos tiempos Hombre Libre y puro. Dejó huellas tanto de poeta como de narrador. Sin duda, no solo amó a las mujeres con quienes se enlazó y dedicó su Serenata, también a nuestro pueblo a quien le dedicó su gran narrativa, y, a sus amigos, en sus peleas y distancias sufría y le daba congoja. Al final César Calvo estuvo cercade él. Yo conocí en mi patria sólo rostros vacíos. Pero amó al Perú más que a un Partido. Un desastre se avecinaba. Tenía pánico de viajar en avióny murió envuelto en fuego purificador en Madrid el 27 de noviembre de 1983.

El Dominical, 25 de agosto del 2013

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Imágenes porque sí

(A Xavier Valcárcel)
 
xavier
¿Evocas el fulgor que titila en la niñez
Lejos de tu primera memoria?
Más allá de los colores que corren en tus imágenes
De su tonalidad intensa / del abrazo esperado veinte años
Ahí me miro, me extiendo, ahí no soy ajena al mundo
Ahí traduces en espacios y líneas nuestra mirada tímida
Ahí está la naturaleza viva, la materia humana visible
Trazando su historia inevitable en la página que es el paisaje
Tu caligrafía son nuestras huellas perdidas en el desierto
Ahí, estás tú, hermano Xavier, sobreviviente, caminando
Entre las calles de California y Lima, con Zonia y Valeri
En la arena de Piura contemplando luceros y el crepúsculo
Cuando la brisa del mar se retira sensual
Cerca de este momento Que no pasa Que nos envuelve y eleva
Ya no estás oculto, tus imágenes fluyen, levitan y nos llevan a cuevas remotas
Más acá de este pinche poema que me despierta entre luciérnagas oscuras
En el teatro de una batalla perdurable
Rosina Valcárcel
Miraflores, 28 de Mayo de 2013

SOBRE UN ESTUDIO DE ROSINA VALCÁRCEL

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La vigencia de los mitos
Nuestras artes. La conocida poeta combina su quehacer literario con sus estudios dentro de las ciencias sociales. En su reciente publicación reflexiona sobre las historias y leyendas andinas que crean nuestra identidad.
María Luz Crevoisier Periodista“El país que no tenga leyendas está condenado a morir de frío, pero el pueblo que no tenga mitos, está ya muerto» se puede leer en el proemio que hace Pablo Macera al libro Mitos, dominación y resistencia andina, de Rosina Valcárcel Carnero.
Esta obra rubrica la vocación andinista y poética de Rosina Valcárcel Carnero (Lima, 1947), quien no duda en hacer uso de la belleza de los versos para complementar un trabajo largamente planificado y surgido del afán de comprender y explicarnos los mecanismos de nuestro comportamiento étnico.
El tema del mito ha adquirido en los últimos tiempos, según el investigador Wilfredo Kapsoli Escudero, una inusitada atención y ha motivado múltiples encuentros y debates. Ello porque es una forma de preguntarnos: qué somos como pueblo, qué queremos y a dónde vamos. La respuesta nos la da Rosina cuando dice que somos la historia que no está escrita, porque convive en nosotros en forma de mitos.
Trayectoria de décadas
La presentación de Mitos… se dio en el marco de la 18ª del FIL, cita en la que actuaron como presentadores los poetas Manuel Mosquera, Gonzalo Espinoza y Patricia Victorio.
Mosquera puntualizó los hitos de la niñez de Rosina en México, de su convivencia con las mitologías maya y azteca, que fueron delineando su vocación como poeta. Señaló que esa procedencia la llevaría a indagar sobre los motivos de la permanencia del andinismo, aun en los peores momentos de la agresión dominadora.
Como dijo Mosquera: «Esta obra nos brinda la comprensión de los mitos creados por las clases dominantes como arma de control social y, también, aquellos que construyeron los pueblos sojuzgados como símbolo de resistencia y pertenencia sociocultural».
Por su parte, Gonzalo Espinoza subraya que esta obra «es un libro signo, un símbolo por las proposiciones que se renuevan, porque el estudio de Valcárcel se da desde los albores de la Conquista hasta nuestros días, advirtiendo de los cambios que se vinieron sucediendo a través de los siglos».
A su vez, la autora de este estudio dio a conocer que el motivador de este trabajo antropológico fue el escritor José María Arguedas, quien la indujo a acercarse al universo andino para conocerlo y amarlo. Aquello ocurrió hacia 1975 en la Universidad de San Marcos, donde fundó y dirigió  la revista Kachkaniraqmi. Hasta entonces, la  obra poética de Rosina ya había sentado sus bases a través de Sendas del bosque (1966), Navíos (1975) y los versos adolescentes en la revista Luz, del colegio Teresa González de Fanning.
Ese quehacer poético le ha servido para interpretar la esencia de los mitos, especialmente aquellos relacionados con los fenómenos de la dominación y resistencia, pues estos son los que motivan mayor atención, tal como afirma el mismo Kapsoli.
Regreso a la raíz
Mitos como el Taqui Onqoy, movimiento de renacimiento surgido hacia 1565 y que se manifestaba a través del canto y la danza, el Micro Onqoy o el de Yanahuara (1596) fueron propiciadores del retorno al orden prehispánico junto con sus milenarias creencias.
El mito de Inkarri, recogida en 1956 en los ayllus ayacuchanos de Chaupi, Puquio, por José María Arguedas, y el  de Qollana, por Josafat Roel Pineda, traducen, al decir de Rosina Valcárcel, el anhelo de un pueblo por lograr su reconocimiento e identidad.
Datos
El principal motivador del trabajo antropológico de Rosina Valcárcel es el también escritor José María Arguedas.
Hace un mes la intelectual presentó un nuevo poemario que lleva por título Contradanza.

La palabra entre el milagro y el oficio:
DELIA CABRERA MARKY / SEXTETO PARA VIOLÍN Y AGUA

Delia_2DELIA Cabrera y yo nos conocimos el último domingo de abril
del año 2012, en el D.F. de “México, lindo y querido”. Ella me escribió
y le respondí, presta nos fue a buscar a Carlos y a mí, y, con sus nietos,
fuimos a un Mercado artesanal. En el camino escuchamos «La Malagueña» y platicamos de todo un poco.
Ella sabía del evento en Hidalgo y de mi creación poética. Pasamos horas
cálidas e intercambiamos regalos. Luego, hemos podido tratarnos un poco
vía más e mails. Hasta que supe del nacimiento de su libro antológico
Sexteto para violín y agua (Sediento, México, 2012). Ella rauda me
telefoneó y planteó fuera una de sus comentaristas, y no dudé en aceptar.
Delia Cabrera Mrky, es limeña. Ella estudió poesía en el taller del vate chiapaneco Juan Bañuelos. Participó en cursos y talleres de poesía en la Casa de Octavio Paz, la Casa Universitaria del Libro, y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Siguió Estudios Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su obra está editada en antologías, libros colectivos de poesía y revistas de literatura. Participó en diversos eventos internacionales de escritores y poetas. Organizó el Encuentro de Poesía Mujeres Poetas en la Región de las Flores (2007 y 2008), en Xochimilco (Ciudad de México). Parte de su obra ha sido traducida al francés (La Poésie Mexicaine, 1989, y Poésie Mexique-Quebec) y al quechua (La Poesía del Encuentro, 2011).
Al arribar a Lima, conversamos de diversos temas de interés común.
INFANCIA Y COLEGIOS
A menudo me agradó leer. Aunque me escondía pues mi padres deseaban que sólo leyera texto escolares, y yo iba tras los cuentos como Robinson Crusoe, que resultó en la clásica novela de aventuras por antonomasia. Una tía querida, en lugar de juguetes me obsequiaba libros que yo devoraba. Leía de todo. Reinventaba aventuras imaginarias, y justo me cambiaron de la escuela norteamericana, y la Secundaria la cursé en otro lugar donde enseñaban monjas, quienes me enseñaron filosofía, teología, meditación…Cómo concentrarme y lograr la introspección.
PINTURA
Recuerdo que en la escuela hacía algunos retratos de las compañeras. También
me entretenía haciendo Modelos. Y me hice diseñadora de Modelos étnicos. En México no pude ejercer mi profesión, por ser extranjera, entonces busqué otras salidas. Admiré a Diego Rivera, a María Izquierdo, pero me apasioné por la obra de Remedios Varo. La fantasía de Remedios es surrealista-mágica. ¿A ti también te encanta, verdad Rosina? Luego Alice Rahon, surrealista, enfatiza el tema de las mujeres. Con las monjas del colegio también aprendí a pintar. Y elegí la pintura. Me casé con un pintor alemán, tenemos dos hijas y diez años de convivencia. Aprendí de la pintura europea y de él. Hasta que acabó.
POETAS PREFERIDOS
Walt Whitman por su amor a la naturaleza (el hombre como parte de la naturaleza); Saint-John Perse por la riqueza de su vocabulario y por su trabajo con el idioma, él investiga y escribe de la realidad (no es invención). Los poetas surrealistas franceses. A Miguel Hernández. A Giuseppe Ungaretti. A César Vallejo. A Octavio Paz. A Blanca Varela. A Javier Sologuren. Vallejo es muy intenso. El manejo del idioma es singular, me inspiró mucho de ese sentido. La palabra es una herramienta, debe ser labrada, trabajada, la palabra como milagro.
ESCRITURA
Escribí como consuelo, pues fue un dolor separarme de mis hijas y de mi esposo,
Crear fue una necesidad. Participé en el libro colectivo México-Quebec, Siete poetas de México… En el año 2011 en el proyecto de Poemas traducidos al quechua.
Críticos literarios
ALBERTO CANDELAS
Delia Marky, una mujer cuya mirada cristalina sigue recorriendo el mundo con afán descubridor, de Perú a Alemania, de Alemania a México, atesorando experiencias vitales, siempre matizadas por su gran cultura artística que le lleva expresarse a través de un telar o de su poética. A sus preocupaciones de justicia social, de rescate de la dignidad indígena, añade como temas sus recuerdos más añejos o simplemente eleva a poesía un momento cualquiera vivido en su jardín de Xochimilco, desde donde contempla y vive el mundo con su intensidad de escritora.
NICOLÁS FUENTES
Delia es una poeta comprometida con la vida, sus sentimientos cobran existencia en su poesía, dinámica y un tanto encriptada, nos conduce por los caminos de la liberación de la mujer, de la opresión social de tantos siglos. La práctica reflexiva en sus versos, nos lleva a un destino histórico de una cultura tejida con generosidad en unos de sus telares.
SEXTETO PARA VIOLÍN Y AGUA
Para Delia, escribir es vivir. La autora aspira comunicar sus vivencias, sueños,
Experiencias. Pretende que su palabra no sólo emocione sino conmueva las entrañas de sus congéneres, de los lectores, que su palabra circule en la sangre de sus pares, de sus contemporáneos los que habitan en su barrio, los que moran en las prisiones, los estudiantes, los juglares, las mujeres.
Sexteto…es una suerte de antología de diversos poemas pero que tienen unidad. El título le gustó y convenció, la música y el mar, son ejes de su poesía, tienen ritmo, el violín, se puede escuchar música clásica, por ejemplo. Se da un problema en conciliar el tema de la mujer y los problemas sociales, la pobreza, la injusticia la enoja. Su autobiografía, es casi un autoexilio. En México extrañaba y escribía. Poco a poco fue organizando sus poemas por la temática; Autobiografía, Los otros, Sociales, Del amor. En México, su maestro de Economía política, él era marxista, le impresionó. Fue su segunda pareja durante veinte años, hasta hace poco que falleció.
Esta obra está compuesta de varios libros, que abarcan diversas etapas y discursos. “Ámbar de madera herida”: diez poemas; “Como el bambú que resiste”: ocho textos; “Rituales de humo”: nueve poemas; “Hoy ha llovido sal”: cinco textos; “Ascuas de asolada blancura”: ocho poemas; “Puertas que son espejos”: siete textos. Y “Erase una vez”. El lenguaje es dinámico y a partir de él todo se surte de significado.
La mayoría de poemas oscila entre tendencias visiblemente líricas. Hay poemas espontáneos, pero tallados. Delia trabaja el idioma, lo cincela, es una alfarera que de sueños premonitorios logra imágenes y metáforas, belleza pura.
Por ello no exagera Jorge Quintanar, cuando afirma:
Delia nos conduce en su libro por sendas donde resplandece la inteligencia en la cadencia de versos que nos golpean, a veces con el soplo de la brisa marina, otras con el puñetazo descarnado. Poesía de altos vuelos nos deleita en metáforas de vida.

http://www.redaccionpopular.com/articulo/la-palabra-entre-el-milagro-y-el-oficio-delia-cabrera-marky-sexteto-para-violin-y-agua

CIMARRONA de Patricia Temple (México, 2012)

(Rosina Valcárcel Carnero)

Antecedentes antropológicos
Cimarrones se llaman a los esclavos africanos que huían del poder y control de los dueños de origen europeo. Recordemos que en todo el continente hubo patrones españoles, portugueses, holandeses, franceses e ingleses. Los cimarrones se escapaban de las haciendas o casonas donde trabajaban, y en su huída, a veces construían relaciones culturales, sociales y de parentesco con los pobladores andinos. Es un proceso que se da en gran parte del continente y que, también, significó la recreación de la cultura africana en un nuevo medio.
Interculturalidad
Se da en países donde sobrevivieron las poblaciones originarias y no en los países donde prácticamente desaparecieron los indígenas, como en el caso del Caribe…Entonces, los vínculos y relaciones de parentesco se dieron más entre afros y europeos (los mulatos)
El proceso de relaciones de parentesco afro-indígena, básicamente se da en la región andina y en la mesoamericana.
Por lo dicho al plantear el vínculo con los runas, se está restringiendo la problemática. Porque en la diáspora hay diversidad de procesos de mestizaje. Hay algunos que conservan con mayor fuerza su matriz cultural africana y en otros hay hibridación o interculturalidad afroandina. No se puede generalizar.
Negro cimarrón, negra cimarrona
-Como extensión, el término fue usado en América colonial para describir a los esclavos que escapaban de su cautiverio. En Cuba, Jamaica, Panamá y algunos países sudamericanos (Colombia, Venezuela, etc.), el término cimarrón está asociado con los esclavos negros fugitivos que llevaban una vida de libertad en rincones apartados de los centros urbanos.
Entre los fugitivos había mujeres y hombres. En las islas del Caribe había “cimarronaje acuático” -es decir de isla a isla-… (Todavía falta estudiar).
Hay registro en la mayoría de países que los cimarrones fugitivos se cohesionaron y se establecieron en palenques. Hay algunos muy conocidos en nuestros países. Por ejemplo en Colombia está San Basilio de Palenque. En el Perú hubo también palenques, principalmente en Chincha y en las afueras de Lima, en La Molina, Monterrico, Huachipa.
Los cimarrones se establecían en zonas liberadas o palenques pues se dedicaban -según la visión predominante y prejuiciosa del discurso oficial europeo- al “bandidaje” para la sobrevivencia durante la colonia en los siglos XVI y XVII. Fueron los primeros bastiones de independencia a modo de republiquetas que prefiguraron la independencia de las colonias españolas. Los africanos y sus descendientes en los palenques sembraban la tierra, criaban ganado y continuaron con sus rituales religiosos y actividades culturales. Los palenques generalmente se ubicaban en zonas agrestes rurales de difícil acceso. Eran pequeños espacios de la libertad. .

Monólogo de Patricia
La obra fue editada en diciembre de 2012 en la Colección la abeja de Perséfone de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, D.F. Contiene 62 páginas. Está dividido en ocho secciones: “Tocar el cielo”, “Raquel”, “Aroma”, “María”, “Clara”, “Alicia”, “Ana”, y Donde las miradas convergen.
Este libro, empieza como una novela, y relata en primera persona, quizá, de modo subconsciente, el paso de la infancia a la juventud y a cierta madurez de este personaje, … de la escritora. La obra presenta un registro curioso donde se reúnen elementos líricos y, por instantes, épicos, que incluyen meditación y narración, la autora intenta una elevación espiritual, y, paralelamente, se palpa una sensualidad – a veces- descarnada. Una especie de monólogo escrito en lengua española que la poeta Patricia Temple ha creado con fluidez y cierto matriz teatral. En un segundo momento se advierten relatos independientes aunque con un trasfondo que los emparenta.
El libro, en parte, representa una suerte de examen de conciencia de la autora y de los prejuicios étnicos que superviven en Lima, no obstante la defensa de la cultura afrodescendiente desarrollada en las últimas décadas.
La autora-poeta-novelista-actriz, simula el aturdimiento de una pobre y rebelde cimarrona. Hay instantes que el libro parece un diario íntimo. En otros se siente a un poema lírico de largo aliento. A ratos es una especie de leve meditación anímica, algo introspectiva, sublimando el papel que tuvieron las cimarronas en la historia nacional.
En “Tocar el cielo”: Hay imágenes, metáforas bien empleadas, ejemplo:
“Quien me observaba veía el brillo de mis ojos como carbones encendidos”. (p.8)
O definiciones de la autora como palenque:
“…Tu partida es inminente. Lo decidiste con tu mirada enérgica, con esos ojos encendidos en la pavorosa oscuridad del galpón. Vengo de un lugar especial, palenque se llama. Es una tierra libre para gente de alma grande” (…) p. 8
“La travesía del desierto es un reto reservado a los espíritus grandes”.
El libro Cimarrona, y, en particular esta aseveración los asocio a ciertos pasajes de Herman Hesse, cuando habla de la amistad, de dos seres que se encuentran no por azar…sino porque llevan una marca en la frente…en pos de un destino. Evoquemos El lobo estepario (1927), la novela más innovadora de Hesse, es un viaje impresionante hacia los temores, miedos y angustias a los que se enfrenta el hombre en busca de su destino, Demian (1919), obra que fue lanzada en 1919, en los tiempos que siguieron a la Gran Guerra. Es la historia de una pregunta que pocos deseamos responder, de una senda que pocos queremos recorrer: la búsqueda de nuestro auténtico yo a través del rechazo de lo preestablecido. Siddarta (1922), basada en la vida del joven Buda, llega a la conclusión de que todo en la vida es apariencia: se puede comunicar el saber pero no la sabiduría. Solo así se está en camino a la perfección tan anhelada.
El cimarronaje, se constituye como una actitud de desafío y libertad ante el poder. Pero este término también evoca encuentros y reconocimientos en las sensibilidades y concepciones más penetrantes de hombres y mujeres. De ahí que en la literatura latinoamericana aparezca como testimonio y reflexión sobre el ethos, los avatares, historias, aventuras de aquellos y aquellas que conquistaron una vida incomparable. Por eso es que la mayoría de latinoamericanos nos reconocemos, ya sea en Carpentier, Rulfo, Arguedas o García Márquez. Y la autora siguiendo las huellas de estos cimarrones de la palabra y el imaginario, trata de cincelar letra a letra cada historia, mostrándonos sus lados oscuro, gratificante y libertario.
Los títulos de los libros no nacen al azar, ni tampoco se escribe nada al azar. Este libro se constituye en el palenque lírico con el cual Patricia conjuga su rito ceremonial con la vida plena de aquellas mujeres que eligieron la libertad antes que sucumbir como esclavas.
Ello explicaría que el centro del dibujo de la portada (Paul Gaguin, “Mujeres conversando”) esté conformado por mujeres en franco diálogo entre ellas y con la naturaleza resguardadas por un añoso árbol y dentro de un paisaje primaveral. Este es un viaje desde su subconsciente, que se transmuta en yo poético. Es el encuentro de Temple con la existencia y con ella misma. Árbol existencial que personifica a la vida y a la poesía en su real dimensión: la libertad. Representación para quien busca la brújula de las cimarronas, simboliza su indiscutible renacimiento. Por esto nos dice…el mejor lugar será ese donde las personas compartan tu mismo sueño. (pág.62)
Indudablemente que este es un libro de afirmación:
Veo en ti el ansia de vivir en libertad, que es explorar algo tan inmenso como el mar. (pág.9)
En estas historias de mujeres, en estos escenarios diferentes realiza la poeta un profundo discurso sobre el poder y la emancipación de las mujeres. Discurso que fustiga a la violencia del Estado militarizado, al patriarcado, los convencionalismos, las ideas políticas y la militancia. Cada una de estas mujeres tiene algo en común: un horizonte, para enfrentarse a la adversidad, crueldad. De ahí que un signo representativo en esta obra sea el contraste dialéctico entre las mujeres embravecidas, adoloridas, libres y creadoras del palenque, con las sirenas y arpías:
Así como vimos a las sirenas, aquellas envidiosas mujeres de piedra, veremos a las arpías, monstruos voladores de garra afiladas. Con sus graznidos horribles avisan a los amos de la fuga…Muchos años atrás las arpías fueron libres, vencieron al desierto y sus penurias. Su sino fatal fue regresar a las comodidades de la esclavitud. No resistieron el reto de vivir libres. (pág.13)
“María”, es un capítulo (y personaje) logrado.
Cimarrona, no sólo es una aliada si no una defensora del reconocimiento a la libertad. También es un homenaje a las soñadoras y un ajuste de cuentas de aquella joven, llamada Patricia Temple, autora y personaje, la cual tenía y tiene por símbolo: la poesía de un mundo nuevo. No dudamos que la autora proseguirá escribiendo y cada año obtendrá nuevos logros justos.
Nota:
Gracias al sociólogo Luis Rocca Torres, al antropólogo Manuel Mosquera y a Dany Elías por las lecturas y comentarios respectivos. El texto será leído esta noche en la celebración de Cimarrona, libro de Patricia Temple. Hoy, 27 de mayo de 2013, en Miraflores, Instituto Raúl Porras Barrenechea de la Universidad de San Marcos de Lima.

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